Las viviendas acostumbran a sufrir influencias muy negativas telúricas, la energía que emana de la tierra. Son casas que los Radiestésicos las tildamos de Casas Enfermas, ya que sufren de Geopatías (energías electromagnéticas disonantes y destructivas) y otras anomalías energéticas a las cuales hay que tomar mucha atención porque son muy a menudo la causa de nuestros problemas de salud al interferir nuestros campos energéticos y físicos. Unas Geopatías son naturales (la emisión energética de la tierra) y otras artificiales, generadas por la tecnología humana. Nunca el ser humano ha estado expuesto a tal cantidad de radiaciones incompatibles con la frecuencia vibratoria del organismo. Las células ven su frecuencia alterada por las radiaciones debido al fenómeno de resonancia simpática (fenómeno producido cuando se golpea un diapasón y otro situado cerca empieza a vibrar a la misma frecuencia).
La contaminación electromagnética natural está producida por la frecuencia vibratoria de fallas, líneas Hartmann, líneas curry, cruces de ambas, agua subterránea, cruces de agua subterránea, chimeneas cosmotelúricas… y entre las procedentes de la tecnología humana nos encontramos con antenas de telefonía móvil, wifi, móviles, torres de alta tensión, transformadores, instalación eléctrica defectuosa de la casa, antenas, repetidores de TV, ordenadores, electrodomésticos…
Hoy en día ya tenemos suficiente información accesible al público del daño que nos puede causar la contaminación electromagnética, y cada vez más la gente está tomando conciencia de ello, pero todavía de manera insuficiente. Para los profesionales una vivienda o lugar de trabajo armonizado es de vital importancia para la salud física y mental.
La gente, por desconocimiento no sabe que muchas veces los males de salud que está sufriendo vienen precisamente por ahí. Es verdad que poco a poco se va tomando más conciencia del problema y en los últimos años ya se llega a diagnosticar de hipersensibilidad electromagnética a personas, pero todavía la conciencia sobre ello es muy poca, y la formación de los profesionales de la salud sobre el tema es muy escasa.
¿Qué nos causan estas vibraciones electromagnéticas disonantes?
Se traducen generalmente en depresión, insomnio, irritabilidad, ansiedad, desequilibrios emocionales, disfunciones del sistema inmunológico, dolores de cabeza, desequilibrios hormonales, problemas de memoria, hipertensión, dolores musculares, calambres, palpitaciones, vértigos, falta de apetito, piel seca, urticaria, picores, visión borrosa, etc….. El corazón y el cerebro se ven muy afectados ya que ambos funcionan por pulsos eléctricos.
Las células del organismo se encuentran polarizadas, y si permanecemos en zonas con anomalías magnéticas existe el riego de despolarización. Investigaciones señalan la despolarización celular como principal causa de mutaciones genéticas y enfermedades inmunes y degenerativas. Por eso con la magnetoterapia algunas peronas han experimentado curaciones “milagrosas”, sin embargo no duraderas ya que lo imprescindible es evitar las zonas alteradas electromagnéticamente.La contaminación electromagnética está tan presente en nuestra sociedad que incluso se ha acuñado el término de “estrés electromagnético”.
Aunque generalmente no nos afecte de forma inmediata sus efectos biológicos son acumulativos y deterioran paulatinamente nuestra salud física y mental. En niños, ancianos, embarazadas o personas enfermas los efectos perniciosos de la contaminación electromagnética suelen manifestarse más a corto plazo.
Imaginemos por un momento que en la cama, estamos sobre una o varias geopatías, o en el lugar de trabajo, o en el lugar donde nos sentamos para ver la televisión, es decir, lugares donde estamos normalmente muchas horas; la influencia de la baja vibración energética de estas energías electromagnéticas será realmente desvastadoras para nosotros.
Los Radiestésicos usamos una medida para ver la energía de un lugar, llamada Unidades Bovis (abreviado, UB). Cuando una casa o espacio tiene una energía en unidades bovis de 7.500 a 8.500 está en una zona saludable, es una casa sana aunque no está exenta de que en algunos lugares de la vivienda no sea así (algo a tener en cuenta). Pero cuando vemos que una casa está en un promedio de 3.000 a 6.000 UB, algo bastante usual, esto indica que está enferma y sin duda hay que actuar ya que provocará desequilibrios en nosotros.
Los radiestésicos no podemos eliminar las geopatías naturales o artificiales que haya en una casa (excepto en casos de extrema hipersensibilidad de algunas personas donde se hacen trabajos específicos de aislamiento), pero sí tenemos la facultad de poder contrarrestar energéticamente esas anomalías y conseguir transformar una casa enferma en una casa sana, con una vibración alta.
¿Cómo podemos comprobar nosotros mismos si nuestra casa sufre de contaminación electromagnética?
Una manera fácil de comprobar si una vivienda está sufriendo de interferencias electromagnéticas es con una brújula. La brújula señala el norte magnético y en un espacio sin contaminación importante siempre va a señalar hacia el mismo lugar.
Ponemos la brújula en un lugar y señalamos con cinta adhesiva en el suelo el norte magnético que nos está indicando. La cambiamos de lugar un par de metros y hacemos la misma operación. Esto lo hacemos en varios lugares de la casa, sobre todo en la cama o lugares donde estemos muchas horas. Si tiene mucha contaminación electromagnética veréis que el norte lo va señalando hacia distintos lugares, incluso con diferencias muy grandes. También podréis comprobar que en determinados lugares la brújula se vuelve como loca y no acaba de centrar el norte magnético.
¿Qué significa eso?. Pues que el espacio está muy contaminado electromagnéticamente y precisaría de una armonización. La armonización energética de una casa no va a eliminar realmente las geopatías, pero sí que va a contrarrestar esa energía, va a armonizarla, eliminando en gran mesura los efectos nocivos que está produciéndonos.
La verdad es que se nota muchísimo cuando una casa está en baja vibración y luego se armoniza. Los inquilinos van recuperando poco a poco la salud deteriorada y otros aspectos como la alegría y armonía.
Podéis pensar que estos trabajos tienen un coste muy elevado pero no es así y menos todavía por los efectos beneficiosos que tiene como contraprestación. Todo depende de cuán grande sea el espacio, si es un despacho o vivienda de 60 m2, o si es un chalet de 300 m2.
No es necesario que me desplace a vuestra vivienda o despacho para detectar la vibración de la misma, esto lo puedo hacer a distancia radiestésicamente y así ver si realmente precisa de una armonización energética.
Si estás interesado/a en armonizar un espacio te ruego rellenes el siguiente formulario de contacto:
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